martes, 23 de octubre de 2012

Oraciones




 Te presento algunas oraciones básicas, para tu Oración vocal, muy elementales tal vez; pero muy útiles.

Padrenuestro:
Padrenuestro, que estas en el cielo,
 Santificado sea tu nombre,
 Venga a nosotros tu Reino,
 Danos hoy nuestro pan de cada día,
 Perdona nuestras ofensas,
 Como también nosotros,
 Perdonamos a quienes nos ofenden,
 No nos dejes caer en tentación
 Y líbranos del mal. Amén

Gloria:
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo;
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén

Credo: (Apostólico)
Creo en Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la Tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo; nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilatos, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos y está sentado a la derecha del Padre; desde allí vendrá ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo; en la santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de los muertos y la vida eterna. Amén

Yo confieso:
Yo confieso ante Dios Todopoderoso y ante ustedes hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión, por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa; por eso ruego a Santa maría siempre  Virgen, a los ángeles, a los santos, y a ustedes hermanos que intercedan por mí, ante Dios nuestro Señor. Amén

Acto de Contrición:
Señor mío Jesucristo, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón; porque, con ello, he ofendido a un Dios tan bueno.
Propongo firmemente no volver a pecar, y confío en que, por tu infinita misericordia, me has de conceder el perdón de mis culpas, y me has de llevar a la vida eterna. Amén

Comunión Espiritual:
Creo, Jesús mío, que estás en el Santísimo Sacramento del altar con tu Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.
Te adoro y te amo sobre todas las cosas, y deseo recibirte. Pero, ya que no puedo hacerlo ahora sacramentalmente, ven, al menos, espiritualmente a mí. Y como si ya te hubiera recibido, me uno íntimamente a ti. No permitas que jamás me separe de ti. Amén

¡Que Dios te bendiga!

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