sábado, 26 de octubre de 2013

6 frases para cambiar al mundo




¿Te gustaría cambiar al mundo?
¿Te gustaría hacer algo para que ese cambio ocurra y que fuera cada vez mejor?
Hay algo pequeño, tal vez parezca insignificante; pero que tú puedes hacer para lograrlo.
Parece poco. Más, sin embargo, si cada vez más personas lo practicamos, podemos ver la diferencia.
Haz la prueba. Ya el Papa Francisco nombró tres de ellas (gracias, permiso y perdón), yo me atrevo a colocar tres más.
Son sólo 6 frases para transformar tu entorno:

  • Buenos días, tarde o noche, según la hora en que te encuentres. Si lo dices con una sonrisa y con el corazón, verás como cambia el día.
  • Por favor, te humaniza y dignifica a la persona que te presta el servicio, aunque tú le estés pagando. Sí, así es, la época de la esclavitud se acabó.
  • Gracias, sé agradecido con las personas. Y te digo algo, muchas veces somos desagradecidos hasta con Dios. Es a él a quien más debemos dar gracias a diario.
  • Permiso, no hay atropellar a los demás, si los consideras como hermanos, como Hijos de Dios, no te costará para nada, pedirles permiso, respetando su dignidad.
  • Perdón, tal vez la palabra más agria para nosotros mismos. Pero si reconocemos que somos pecadores y necesitamos de perdón, podemos, sin duda, aceptar que esta palabra nos limaría muchas asperezas, tanto con Dios como con los hombres.
  • Te amo, la más importante de todas, la que le da sentido a las cuatro anteriores. Pues sin amor, las otras cuatro son vacías. Pídele amor a Dios y verás milagros en tu vida.
Estas seis frases, puedes practicarlas y ver los resultados, con las personas más próximas a ti.

Pero eso sí, hazlo con sinceridad, desde el corazón, con amor.

En tu relación con Dios, ten presente estas frases.

Úsalas cuando trates con niños, estos descubren fácilmente si hablas desde el amor y serán una excelente medida de tu sinceridad.

Con tus familiares, con tus amigos, con tus vecinos y compañeros, con tus hermanos de comunidad en la iglesia.

Con la ayuda de Dios y con pequeños esfuerzos como estos, lograremos grandes cosas.

¡Nuestro Señor Jesucristo nos acompañe y nos bendiga!