miércoles, 24 de octubre de 2012

Oraciones Marianas




Aquí tienes algunas de las plegarias más comunes a Nuestra Santísima Madre María:

Ave María:
Dios te Salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén

Salve:
¡Dios te Salve, Reina y Madre de Misericordia, Vida, Dulzura y Esperanza Nuestra, Dios te Salve! A ti llamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. ¡Ea, pues, Señora, Abogada Nuestra! Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos. Y después de este destierro, muéstranos a Jesús, Fruto bendito de tu vientre. ¡Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén

Ángelus:
El Ángel del Señor anunció a María.
Y ella concibió por obra del Espíritu Santo.
     Dios te Salve María, llena eres de gracia…
He aquí la Esclava del Señor.
Hágase en mí según tu Palabra.
     Dios te Salve María, llena eres de gracia
Y el Verbo se hizo hombre.
Y habitó entre nosotros.
     Dios te Salve María, llena eres de gracia…
Ruega por nosotros, santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.
Oración: Infunde, Señor,  tu gracia en Nuestras almas, para que, quienes hemos conocido la encarnación de tu Hijo por el anuncio del ángel, lleguemos, por su pasión y su cruz, a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén

Rosario. ( haz clic aquí y verás como se reza)

Magníficat:
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador; porque ha mirado la humildad de su esclava, desde ahora me llamarán Bienaventurada, todas las generaciones. Porque el poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su Misericordia llega sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel su Siervo, acordándose de la misericordia, como había prometido a nuestros Padres en favor de Abrahaán y su descendencia por siempre.

Bajo tu amparo:
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios; no deseches las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, ¡Oh Virgen gloriosa y bendita!

Reina del Cielo:
Reina del Cielo, alégrate, aleluya, porque el Señor, a quien llevaste en tu seno, aleluya, ha resucitado, según tu palabra, aleluya.
Ruega al Señor por nosotros, aleluya.

Acuérdate:
Acuérdate,
¡oh piadosísima, Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a tu protección, implorando tu auxilio haya sido abandonado de ti. Animado con esta confianza, a ti también acudo, y me atrevo a implorarte a pesar del peso de mis pecados. ¡Oh Madre del Verbo!, no desatiendas mis súplicas, antes bien, acógelas benignamente.

¡Compártelas! La Virgen te cubra con su manto



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