Sin embargo para los que creemos en Cristo Jesús, en su Resurrección y en el hecho de que sigue vivo eternamente, la muerte no es el final de nuestra existencia, sino el paso hacia una vida eterna.
Cristo dijo, antes de resucitar a su amigo Lázaro, que el que creyera en él aunque hubiera muerto, viviría (Jn. 11,25). Esta es su promesa y no dejará de cumpirla.
Entonces, ¿crees que verdaderamente Jesús es la resurrección y la vida? Si crees esto, debes tener la esperanza de vida, debes creer en la comunión de los Santos.
Sí, pues en nuestra Iglesia encontramos una:
- Iglesia Militante: es decir, los que seguimos en este mundo.
- Iglesia Triunfante: nuestros hermanos que ya disfrutan de la Gloria eterna, los Santos.
- Iglesia Purgante: los que están en el purgatorio, hasta que puedan entrar puros y sin mancha al Cielo.
Nosotros estamos llamados pues, a realizar esa obra de caridad para con los que se encuentran en la Iglesia Purgante, orando siempre y en todo momento para que el Señor los purifique totalmente.
Esto lo debemos hacer no sólo en este día, sino también todos los días del año.
Les invito a orar por nuestros hermanos difuntos, por todos, hoy y siempre.
Para complementar este artículo, les invito a que visiten este enlace para ver lo que el Papa dijo en su Audiencia General sobre el sentido de la muerte.
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