lunes, 26 de septiembre de 2011

¿Cómo puedo encontrar el sentido de la vida?


¿Es posible encontrar el sentido de la vida?  ¿Es qué alguien le ha encontrado el sentido a la vida?

Puede que ya te hayas tropezado con estos y otros interrogantes. Puede ser que busques en tu trabajo, estudios, diversiones, familia, amigos, viajes, hasta en la religión, afanosamente esa razón de existencia que te tiene tan inquieto.

Tal vez te mantienes activo para acallar esas molestas voces que te interpelan. O, por el contrario, te enfrentas a ellas y buscas las respuestas, sin hallarlas. Eso, es probable, que te deje aburrido y desanimado.

De entrada te digo, que eso es lo que te hace plenamente humano. Nos cuestionamos y esto, precisamente, es lo que nos diferencia de los animales.  Ellos no se preguntan, nosotros sí.

Sólo el ser humano se inquieta por las razones de su presencia en este mundo.

Te habrás hecho, una  y otra vez, estos cuestionamientos:

·        ¿Quién soy?

·        ¿Por qué vivo?

·        ¿Para qué vivo?

·        ¿De dónde vengo y hacia dónde voy?

·        ¿Para qué estoy en este mundo?

Puedes evadirlas o enfrentarlas. Pero, tarde o temprano, tendrás que tratar de responderlas.

Puede que esto te resulte incómodo; más, sin embargo, es vital.
La buena noticia es que no eres tú solo quien pasa por esto, a todos nos acontece.

Pero si logras responderlas descubrirás que tu existencia se integra de tal manera, que te sentirás SATISFECHO Y SITUADO.

¿Te interesa esta propuesta?  No pienses que te estoy engañando, ¡es posible!

¿Dónde encontrar las respuestas?  En ti mismo.

Estarás pensando que te dejo igual de extraviado. Repito, ya has tratado de hallarlas en tu exterior, en tu entorno, y no lo logras. Puede que lo hayas intentado con una ideología o con la ciencia.

Pero si eres de los que nada de ello te ha resultado, te propongo un camino mejor, tú decides si lo tomas o lo dejas, eres libre de elegir.

Te contaré antes una historia breve: la de Agustín de Hipona, buscó y buscó la verdad, no dejó de buscar, hasta que la encontró, y vio que  estaba en Dios. Fue entonces cuando nos dejó esa bellísima frase: “Nos hiciste Señor para Ti y nuestro corazón estará inquieto, hasta que descanse en Ti”

 No te puedo dar otras respuestas, sino las que encuentras a continuación:

·        ¿Quién soy?  Soy imagen de Dios. Cread@ a su imagen (Gen. 1,27)

·        ¿De dónde vengo?   De Dios. Fui cread@ por Él.

·        ¿Hacia dónde voy?  Hacia Dios. Fui cread@ para Él.

·        ¿Para qué estoy en este mundo?   Para conocer y amar al Creador.

Te  invito a que te pongas en camino, a aceptar la posibilidad de hallar el sentido y la verdad. Es un trabajo de toda la vida.

     




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