miércoles, 14 de diciembre de 2011

¿Cómo convertir el éxito o el fracaso en felicidad?


  

El éxito y el fracaso son caras de la misma moneda. Son facetas de la vida que hay que enfrentar contínuamente.
Si queremos vivir a plenitud debemos transitar por ambas rutas.

Imposible tener sólo éxitos o sólo fracasos.

Entonces, ¿Cómo capitalizar estas experiencias para que sean fuentes de felicidad?

No hay otra forma sino asumiendo que forman parte de la vida, que todos debemos experimentarlas y que debemos aprender de ellas.

¿Aprender de ellas?

Sí, sacar experiencias positivas, de ellas; meditar sobre lo que nos aconteció en cada una.

¿Qué hacer cuando es una experiencia exitosa?

  • En primer lugar, nunca creernos muy superiores, en períodos de triunfos, la vida va y viene.
  • En medio de la alegría, saber agradecer a Dios.
  • No pensar que todo se debe sólo a nuestro esfuerzo, también Dios nos ha bendecido.
  • No creer que el éxito sólo consiste en ganar mucho dinero o tener mucho poder, podrías quedarte vacío, sólo Dios llena el vacío del hombre.

¿Cómo agradezco a Dios?

Habla con Él, tus palabras sinceras son la mejor oración.Si además quieres agregar algo más, te sugiero el Salmo 100, es un salmo de alabanza que nos invita a cantar a Dios con alegría, a ir a Él con júbilo, a reconocer que es Dios y que nos hizo, a darle gracias, a alabar y bendecir su nombre, sencillamente porque es bueno y su misericordia es eterna.

Quien vive en esa atmósfera de alabanza ya es feliz y exitoso, pues en la alabanza de su pueblo, habita Dios.

¿Qué hacer cuando llega el fracaso?

  • Cuando llega el fracaso, no encerrarse en el propio dolor; por el contrario, si es necesario buscar ayuda.
  • Aprender de la experia negativa.
  • Observar con detenimiento las causas de nuestro fracaso para poder observar nuestras debilidades; pero también nuestras fortalezas.
  • Ver cuantas oportunidades nuevas podemos sacar del supuesto fracaso.
  • No culpar a Dios de nuestros reveses.
Si mantenernos nuestra fe en Dios a pesar de los altibajos de la vida, podemos estar en felicidad. Si hacemos nuestra la máxima bíblica de que nada nos puede separar del amor de Dios (Rm. 8, 38), obtendremos la total felicidad. Te recomiendo que leas todo el Capítulo 8 de la Carta de San Pablo a los Romanos.

¿Cómo puede sentirse derrotado quién se sabe amado por Dios Todopoderoso?

¿Cómo puede sentirse infeliz, quién sabe que Dios permanece fiel a su amor por él?

"¡Nada podrá separarnos del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús Nuestro Señor!" (Rm. 8, 39)

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