sábado, 7 de abril de 2012

Un gran silencio, porque el Rey duerme




Un gran silencio envuelve la tierra...
 
«Un gran silencio envuelve la tierra; un gran silencio y una gran soledad. Un gran silencio, porque el Rey duerme. La tierra está temerosa y sobrecogida, porque Dios se ha dormido en la carne y ha despertado a los que dormían desde antiguo [...] Va a buscar a nuestro primer Padre como si éste fuera la oveja perdida. Quiere visitar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte. Él, que es la mismo tiempo Dios e Hijo de Dios, va a librar de sus prisiones y de sus dolores a Adán y a Eva [...] Yo soy tu Dios, que por ti y por todos los que han de nacer de ti me he hecho tu Hijo. A ti te mando: Despierta, tú que duermes, pues no te creé para que permanezcas cautivo en el abismo; levántate de entre los muertos, pues yo soy la vida de los muertos» (Antigua homilía sobre el grande y santo Sábado: PG 43, 440. 452. 461).

Después de la Muerte de Nuestro Señor Jesucristo y en la espera de su Gloriosa Resurrección. Mantenemos un silencio expectante.

Un silencio ante el valiente que, por amor, nos libró del pecado.

Te invito hoy a meditar, orar y a esperar, ¡el triunfo del Señor!

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